
No hay duda que sin el coche nuestras vidas serían muy diferentes (y posiblemente más difíciles), pero esto no significa que los coches y demás automóviles a motor no traigan consigo algunos inconvenientes:
En primer lugar, la contaminación atmosférica que se ha convertido en uno de los grandes problemas del siglo XXI, y uno de los causantes de dicha contaminación, son las cantidades de CO2 que expulsan los tubos de escape de nuestros automóviles a diario. Además de la contaminación, no debemos olvidarnos de la gran tasa de sedentarismo que existe en las ciudades del primer mundo, en lo que también influye en gran parte el que usemos tanto el coche, ¿Quién no ha escuchado alguna vez la expresión ‘’yo es que voy en coche hasta a por el pan’’?
Por fortuna, cada día más ciudadanos somos conscientes de estas problemáticas, y buscamos alternativas de transporte sostenibles que protejan el medio ambiente y cuiden nuestra salud y nuestras ciudades. Y una muy buena solución a estas problemáticas la obtenemos con la bici pública:
Las bicis públicas o sistemas de préstamo de bicicleta (SPB) son un medio de transporte público más que los ayuntamientos ponen a disposición de sus ciudadanos como alternativa y/o complemento a los automóviles privados y otros medios de transporte como los autobuses y trenes.
Hacer uso de estas bicis es muy fácil, ya que en la mayoría de casos, el usuario sólo tiene que darse de alta en el sistema, retirar una de las bicicletas, hacer uso de ella y devolverla en otra de las estaciones. No sólo es un medio de transporte respetuoso con el medio ambiente y beneficioso para nuestra salud, sino que además es muy cómodo, ya que pedaleas hasta llegar a tu destino, y luego la devuelves, sin preocuparte por tener que llevarla contigo (en el caso de la bicicleta privada) ni de buscar hueco para aparcar (en el caso de los coches).
Si bien es cierto que en España el uso de estos SPB se está viendo incrementado, la mayoría de nuestros vecinos europeos nos llevan ventaja, ya que en muchas ciudades europeas están más que concienciados con la movilidad sostenible, como es el caso de Holanda, donde casi un 25% de la población usa la bicicleta para ir al trabajo y como medio de transporte habitual.
Berlín o París, son otras dos capitales europeas que dan ejemplo con sus sistemas de préstamo de bicis y donde sus ciudadanos también están muy concienciados con este medio. La ciudad de la luz cuenta con 12.000 paradas de bicicletas públicas repartidas por sus calles, y además, tienen una muy buena iniciativa para fomentar el uso de la bici: el programa ‘’París Respira’’, por el que varias de las vías parisinas se cierran al trafico los domingos, para que los amantes de la movilidad sostenible puedan disfrutar de ellas.
La capital alemana por su parte, facilita la movilidad a dos ruedas con las 100 paradas aparca-bicis de su SPB, los descuentos para estudiantes y con los tickets especiales para que los ciclistas urbanos puedan viajar en el metro y en el tren con sus bicis.
En España aunque aún tenemos mucho que aprender, podemos estar orgullosos de ser uno de los países que cuenta con más ciudades con SPB: 132, a los que hay que sumar los que se pondrán en marcha a lo largo del 2014 como será el de Albacete.